Si seguimos unas mínimas recomendaciones básicas, evitaremos que el maquillaje desaparezca a la velocidad del rayo, agregando solo unos pocos minutos más a nuestra rutina diaria:
- Primero que nada habrá que limpiar la piel. Un gel de ph neutro será lo más práctico y lo menos agresivo.
- No hay que olvidar el tónico que devolverá frescura y tonificará nuestro rostro.
- Hidratar, hidratar, hidratar. La hidratación de nuestra piel, hará una gran diferencia en el maquillaje, dándole un aspecto más luminoso a nuestro rostro.
- Después de limpiar e hidratar nuestro rostro, el primer paso será aplicar el corrector de ojeras que puede usarse también en la zona del rictus y el entrecejo para disimular las líneas de expresión.
- La base que aplicaremos tiene que ser lo más cercana posible a nuestro tono de piel y no debemos nunca olvidar las orejas y el cuello para evitar el efecto máscara.
- Para que el maquillaje sea más duradero, deberemos aplicar un polvo suelto del mismo color de la base, especialmente en la zona T, donde las pieles grasas o mixtas suelen ser más porosas y brillantes.
- Por último nos concentraremos en los ojos, aplicando un delineador que resalte nuestra mirada y una ligera máscara de pestañas.
Con estos simples pasos estaremos listas y maquilladas en pocos minutos y lo mejor será que nuestro rostro permanecerá radiante durante más tiempo.
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