Días antes de la boda, conviene empezar a probar opciones y diferentes tipos de maquillaje. Esto ayudará a que la futura novia se dé cuenta sobre qué colores son los que mejor le sientan. A la hora de valorar el maquillaje, es importante tener en cuenta como será el traje de novia que llevará y cómo irá peinada.
Generalmente, la mayoría de las novias no elige llevar un maquillaje muy sobrecargada ni demasiado extravagante. En la mayoría de los casos, se suelen optar por un aspecto más natural que ayude a resaltar la belleza natural de la novia.
El primer paso del maquillaje consiste en aplicar una base del color exacto o lo más parecido posible al tono de la piel, para no quitarle naturalidad. Sobre esta base, se recomienda aplicar un poco de polvos, que ayudarán a fijar mejor la base y hacer que el maquillaje aguante más tiempo. Esto es importante para una novia, ya que generalmente, después de la boda, viene la fiesta. Por esto, es importante que el maquillaje en una novia se mantenga intacto durante el máximo tiempo posible.
La sombra de ojos no tiene porque ser de ningún color en especial, sino más bien del color que mejor se adecue a la novia y a su traje. Conviene usar un delineador especial, resistente al agua, al calor y al paso del tiempo, ya que además de que el maquillaje en una novia debe lucir intacto durante varias horas, también toda boda es una ocasión propicia para que las novias terminen llorando de emoción y de alegría, lo que hará que el delineador se corra enseguida.
En los labios, conviene utilizar algún fijador o delineador de labios que ayude a mantener el maquillaje también el máximo tiempo posible.
Por último, la novia deberá haberse depilado las cejas previamente. El día de la boda, si fuese necesario, podría haberlas maquillado y aplicado algún gel o fijador que ayude a mantenerlas peinadas durante todo el tiempo que dure la boda para que no preocuparse más.
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