Lo primero que debemos tener en cuenta cuando vamos a maquillar unos ojos marrones es que hay una gran variedad de tonos de ese color. Pueden ser unos ojos pardos, chocolate, avellana, etc., y por lo tanto lo que en unos queda fenomenal en otros no tiene por qué dar tan buen resultado. Por eso, desde mi punto de vista, no hay unas reglas estrictas para maquillar ojos marrones.
No obstante, en este artículo voy a hacer lo posible para dar unos cuentos trucos y consejos, porque siempre viene bien tener alguna guía con la que orientarse cuando nos vemos perdidas ante cientos de sombras distintas para elegir. Aún así, no olvides que en la variedad está el gusto y que, aunque no mencione un color determinado en esta pequeña lista, no quiere decir que lo excluya. ¡La mejor forma de aprender los secretos de un buen maquillaje es probando distintas combinaciones!
Eligiendo una sombra de ojos
Las primeras sombras que nos vienen a la mente al hablar de ojos marrones son precisamente sombras en cualquier tono de marrón, beige e incluso doradas. También dan muy buen resultado los distintos colores grises y cobrizos.
Si vuestros ojos se parecen a los míos (verdes con la parte central en marrón) una sombra verde os puede dar un resultado excelente. De hecho he recibido siempre más elogios cuando me maquillo los ojos en ese color, siendo mi segunda elección el gris. Sin embargo, al ser muy blanca de piel los tonos cálidos resaltan esa blancura, así que tened en cuenta no sólo el color de los ojos, sino el color de vuestra tez en general y el efecto que estáis buscando. Muchas veces es todo cuestión de dar con el tono adecuado.
¿Qué colores evito?
No soy muy partidaria de aconsejar a nadie que evite este o aquel color, porque a veces te puedes llevar una agradable sorpresa donde menos te lo esperas. En mi caso, compré un color malva que me quedaba horrible, y mezclándolo a pequeños toques con el gris conseguí un gran efecto. Pero si queréis jugar sobre seguro, yo evitaría los rosas y los malvas. Los azules tampoco son una buena apuesta, ni los plateados, aunque yo los uso en pequeñas dosis para realzar puntos concretos de la mirada (por ejemplo, el lagrimal con plateado).
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