De la misma forma que existen distintos tipos de cabello, existen diferentes clases de piel. Puede ser grasa (cuando se da una acumulación excesiva de sebo), seca (por falta de humedad) o mixta (combinando ambas condiciones). En esta oportunidad, nos encargaremos de la piel seca, los cuidados que requiere y algunas alternativas de tratamiento.
Este tipo de piel puede ser consecuencia de diversas condiciones: una mala alimentación (que provoca una deficiencia de ciertas vitaminas, y minerales como el zinc), la exposición intensiva al sol, el uso de ciertos jabones, la contaminación, los cambios ambientales o simplemente el paso del tiempo. Independientemente de la causa, las glándulas sebáceas no producen el suficiente fluido para lubricar y proteger a la piel de la pérdida de humedad.
Entonces, el cutis se ve sin brillo y aumenta su sensibilidad, su textura se vuelve muy fina y enrojecida, tiende a rasgarse fácilmente y a desarrollar arrugas de forma prematura. Además, puede volverse escamoso.
Los cuidados que requiere la piel seca se basan en suavizar el trato que le damos y en la hidratación. Es aconsejable evitar jabones, perfumes y detergentes fuertes; ducharnos con agua tibia (nunca con agua muy caliente) y en el menor tiempo posible; al secarnos, hacerlo con toques suaves, no frotando; beber mucha agua durante el día y evitar la exposición al sol fuerte, frío extremo o viento.
Los cuidados que requiere la piel seca se basan en suavizar el trato que le damos y en la hidratación. Es aconsejable evitar jabones, perfumes y detergentes fuertes; ducharnos con agua tibia (nunca con agua muy caliente) y en el menor tiempo posible; al secarnos, hacerlo con toques suaves, no frotando; beber mucha agua durante el día y evitar la exposición al sol fuerte, frío extremo o viento.
Con respecto a las cremas que utilizaremos, es importante que posean protector solar, y además, vitaminas E y A, colágeno o elastina. Sería importante complementar durante la noche con alguna con componentes regeneradores.
También es interesante la eventual aplicación de mascarillas y tratamientos. Si no podemos recurrir a un dermatólogo o cosmetólogo, existen varias recetas caseras:
- Mascarilla hidratante: mezcla de 1 cucharada de vinagre, 2 yemas de huevo, 1 cucharada de levadura de cerveza, 1 cucharada de aceite de oliva de manzana, 2 cucharadas de miel y 2 cucharadas de yogurt. Aplicar y dejar actuar durante veinte minutos. Quitar con agua destilada.
- Aplicar durante las noches jugo de sandía en el rostro. Repetir durante dos semanas.
- Para suavizar las arrugas que se forman, en especial alrededor de los ojos, se puede aplicar la mezcla de la clara de un huevo batida a nieve, con harina de avena. Debe dejarse secar y retirar con agua tibia.
- Para reemplazar los desmaquillantes (que pueden resultar agresivos), podemos optar por otras dos opciones más naturales: (1) mezcla de yogurt natural y una cucharada de leche o (2) de un par de cucharadas de leche tibia y una de aceite de oliva, y utilizarlos como tal.
Como todo cambio de hábito, debemos tener en mente que puede llevar tiempo comenzar a ver resultados. Sin embargo, también es pertinente recordar que la piel seca tiene sus ventajas, ya que no es propensa al acné ni a los granitos.
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