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jueves, 18 de noviembre de 2010

La atracción sexual y las dimensiones sensoriales

La atracción sexual en humanos y otros animales tienen en común el instinto biológico, los sentimientos, emociones y pensamientos que involucran un significado importante en la atracción. Depende mucho de la percepción de los sentidos, la idea propia de lo que una persona considere sexualmente atractivo y los comportamientos del individuo.
Un primer encuentro exitoso entre ambos sexos dependerá en gran medida de la percepción de cada sentido. Si se demuestra la compatibilidad entre ambos individuos se logrará llegar al acto sexual, determinante para la conservación de la especie. Gran parte de la atracción sexual humana es dirigida por el atractivo físico. Esto involucra los sentidos, sobre todo, en el comienzo:
  • Vista. La percepción visual llega a la retina y el nervio óptico traslada esta información a la corteza cerebral. Una vez allí se decodifica la información y se produce la interrogante: ¿es atractivo(a) o no? La mayoría de las mujeres, por lo general, concentra su vista en el rostro, espalda, brazos, manos y pies de un hombre; por otra parte, los hombres se fijan más en el rostro, senos, caderas, trasero y piernas de una mujer (en especial los muslos).
  • Audición. Las ondas sonoras llegan al oído y la energía mecánica es transformada en energía bioeléctrica. Aquí se produce una vibración que llega a la corteza cerebral y es decodificada relacionando sonido con imagen, lo que crea una imagen acústica. El cerebro compara la información con lo que se considera atractivo, si existen coincidencias se generará atracción sexual.
  • Olfato. El olfato es un sentido muy sensible y poderoso. Es el único que viaja directamente a la corteza cerebral, por lo cual es el sentido más rápido de todos. Éste determinará, según el olor, considerar a alguien agradable o repulsivo; un resultado positivo será fundamental en el proceso de atracción.
  • Tacto. La piel alberga al sentido del tacto, el más extenso de todos. Las yemas de los dedos junto con los labios constituyen las áreas más sensibles y con más nervios perceptivos del cuerpo. Una estrategia sería entonces estimular la piel del otro individuo, con respeto y ternura. Sin embargo, es importante cuidar la primera impresión, al momento de conocer a la persona; si se comete un abuso puede resultar perjudicial en el proceso de atracción.
  • Gusto. La lengua posee entre 5 y 12 mil papilas gustativas y puede distingir cuatro sabores: dulce, salado, agrio y amargo. Si en la interacción con el sexo opuesto se presentan comidas con sabores agradables el cerebro puede relacionar el momento y el sabor agradable con la persona; en consecuencia, se desarrolla la atracción sexual.
Aunque los gustos y preferencias sexuales de cada persona suelen ser muy variados en relación a otros individuos, una mezcla de buenas impresiones a los sentidos puede generar un "disparo" de atracción sexual.

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